Oh, dónde te has ocultado, pequeña villa de gentes cálidas?
Dónde dejaste olvidado el fulgor de tus suaves suspiros de otoño,
Cada esquina de tí, rebosaba de luciérnagas nocturnas y errantes.
Cual cielo de estrellas, ojos distantes transparentes e inocentes.
Cuándo le diste lugar al hastío de esa tierra oscura y sucia,
De tí ahora emergen sueños desvanecidos, esperanzas agonizantes.
Oh dónde estarás, camino virgen, selva infinita.
Porqué ocultaste esa luna que giraba y cantaba la melodía dulce del placer,
Por esa luz artificial, esas farolas oxidadas y opacas.
Aunque estas palabras se desgarren con trazos duros y pesados,
Sé que estás ahí, en algún lugar, oculta bajo la nieve.
Oh, si mi calidez pudiera desnudarte al sol del amanecer...
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